Los guisantes, también conocidos como chícharos o arvejas, son unas semillas que están encerradas en las vainas de la guisantera. Esta forma parte de la familia de las leguminosas como las judías verdes, por lo que son sumamente nutritivas y ricas en vitaminas A y C, lípidos, proteínas e hidratos de carbono. En el mercado podemos encontrar una gran cantidad de guisantes, pero estos no cuentan con el mismo sabor y las propiedades de los guisantes que se pueden cultivar en casa. Continúa leyendo para saber cómo sembrar guisantes.
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¿Cómo y cuándo hay que sembrar guisantes?
Hay diversas variedades de guisantes. Los guisantes tempranos deben sembrarse entre febrero y agosto, los guisantes medios entre mayo y junio; y los guisantes tardíos en julio. Lo primero que debes hacer es regar el terreno antes de sembrar guisantes. Si lo haces a través de semillas, tendrás que realizar un surco pequeño y allí colocar las semillas; luego cúbrelas con 3 o 4 cm de tierra. Las semillas germinarán 10 días después de ser sembradas.
En el caso de que compres plantitas de guisantes puedes trasplantarlas y listo. Recuerda dejar aproximadamente unos 15 cm entre planta y planta donde vayas a plantar guisantes. Ten en cuenta que puede llegar a medir 1 m de alto, por lo que precisarás algún tipo de soporte para guiar el cultivo.
Si vas a plantar guisantes en una maceta, tendrás que optar por una 19 litros o más. Recuerda cubrir el sustrato con una capa de paja para hacer un acolchado orgánico y así disminuir la evaporación del agua presente en la tierra de la maceta y, con ello, reducir la frecuencia de riego y ahorrar agua.
Suelo, riego, temperatura y cosecha
Los guisantes se dan muy bien en cualquier tipo de suelo, aunque prefiere aquellos que tienen un pH de entre 5,5 y 6,8. Ama los suelos frescos, mullidos y muy bien drenados. Por otra parte, no precisan grandes aportes de fertilizantes porque fijan el nitrógeno atmosférico.
En cuanto al riego, deberás prestar atención de que el suelo en donde hayas plantado los guisantes se encuentre siempre húmedo, pero no encharcado. Esto evitará la pudrición y las causas parasitarias y garantizará el desarrollo adecuado de las raíces.
Los guisantes crecen muy bien en torno a los 23 °C, aunque también son capaces de crecer a temperaturas superiores. En caso de que se hayan pronosticado heladas, lo mejor será cubrir las plantas, dado que estos suelen tolerar temperaturas inferiores a los 7 °C, pero sus vainas y sus flores no lo harán.
La cosecha de los guisantes dependerá de la época de siembra. Esto quiere decir que si has sembrado los guisantes en otoño, estarán listos para ser recolectados en primavera y, si los plantado en invierno, su recolección será en verano.
Causas parasitarias
- Pulgón verde: hace que las plantas se vuelvan vulnerables y sensibles, dado que la afecta por completo. Combátelo con jabón potásico si es una plaga leve, pero si es una plaga abundante, tendrás que limpiarla primero con jabón potásico y luego con aceite de neem.
- Sitona: este escarabajo se alimenta de las hojas de la planta de guisantes cuando es adulta, mientras que las larvas afectan a los nódulos radiculares. Lo mejor será realizar una siembra temprana para evitar que tanto los guisantes como la plaga coincidan.
- Polilla del guisante: es una mariposa oscura que deposita huevos sobre las flores del guisante. El problema es que las orugas que nacen de los huevos se alimentan de los granos. Combátelas con aceite de neem y bacillus thuringiensis.
- La planta del guisante también puede ser atacada por oídio, antracnosis, mildiu y trip del guisante.
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