La Rosa de Jericó (o Anastatica hierochuntica) es una planta muy recomendada para todos aquellos que se quieren iniciar en el maravilloso mundo de la jardinería, ya que sus cuidados son bastante sencillos.
Es una planta que no deriva de climas tropicales, si no más bien del norte de Afganistán, por lo que está recomendada para plantar en climas más bien áridos. Sin embargo, es muy versátil, habiéndose adaptado muy bien a nuestros continentes. Tan sólo necesita de algo de sol y un poco de agua para poder crecer.
Se presenta con forma de helechos; si la cuidamos cómo cabría esperar, su crecimiento puede ser en forma de pino. Sin embargo, es muy susceptible a los cambios atmosféricos, por lo que habrá que tener mucho cuidado con ellos.
¿Quieres plantar la Rosa de Jericó? Nosotros te enseñamos cómo hacerlo.
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Principales cuidados de la Rosa de Jericó
Clima
Aunque aguanta muy bien casi cualquier ambiente, no quiere decir que pueda con todo; los climas exageramente fuertes la podrían llegar a matar. De la misma manera que la gran mayoría de las plantas, los primeros meses de crecimiento son muy importantes para su desarrollo.
Lo más recomendable es situarla en una zona que esté bien protegida del viento y de la lluvia intensa.
Los expertos aseguran que la mejor época del año para poder plantarla es en primavera. No es recomendable sembrarlas durante la estación otoñal, o en verano; no quiere decir que no vaya a crecer en estas estaciones, pero es cierto que podemos tener algunos otros problemas de importancia.
Luz
Al venir de un continente en el que recibe mucha luz, no tendremos que preocuparnos mucho de que reciba luz directamente del sol. Podemos colocarla en una zona en la que reciba iluminación durante unas 8 horas diarias; así podrá evolucionar sin que le falten los nutrientes de los rayos solares.
Tipo de suelo
Tampoco tendremos que complicarnos demasiado en este mundo. El terreno puede ser tanto arenoso, arcilloso, ácidos, o tener mínimos valores de pH. La rosa de Jericó se adaptará muy bien a cualquiera de estos ambientes.
Eso si, habrá que añadirle algunos nutrientes extra para que se pueda desarrollar correctamente. Araremos la tierra y añadiremos un poco de sustrato de abono natural. Puedes decantarte por un abono comercial, aunque lo más recomendable es que lo hagas por ti mismo/a.
Espacio necesario
No es una planta que crezca a un gran volumen por lo que, en principio, la podrás colocar en casi cualquier parte del jardín. Te recomendamos que evites aquellas zonas en las que haya otras plantas; de lo contrario, entrará en competencia con las mismas para llegar antes a los nutrientes y las vitaminas del suelo, lo que puede hacer que no crezcan cómo cabría esperar.
Si tienes espacio de sobra en el jardín, asegúrate de plantarla alejada de otros especímenes.
Riego
Su herencia es prácticamente desértica, por lo que no necesitará de mucha agua. Si la riegas más de lo que deberías, es posible que se te seque. Con una frecuencia de regado de unos 3 días debería ser más que suficiente. Antes de hacerlo revisa el suelo; tan sólo riégala si se ha secado por completo.
Abono
El abonado tan sólo se debe hacer una vez al año, para así estimular su crecimiento.
¿Plagas y enfermedades de la Rosa de Jericó?
Es muy raro que los animales y los insectos intenten devorar la rosa; esto tiene su sentido, y es que su sabor no es tan suculento cómo en otras plantas. Para mantenerla habrá que usar un herbicida lo más respetuoso posible, además de quitar las malas hierbas.
Básicamente esta es la forma de mantener a la rosa de Jericó.