El mal del pie es la pudrición de las raíces del trigo, una enfermedad producida por un hongo llamado Gaeumannomyces graminis que vive como saprófito en residuos orgánicos. Esta enfermedad es una de las más devastadoras para el cultivo del trigo, dado que afecta a las partes vitales de la planta y muchos métodos de control suelen no ser efectivos.
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¿Cómo identificar al mal del pie?
Esta enfermedad presenta necrosis radical de color negro, que puede abarcar al cuello de la planta y todo su sistema radical. Por otro lado, otros síntomas son el amarillamiento de las hojas y la aparición de unas espigas de color blanco, que hace que las plantas mueran prematuramente después de la espigadura.
Esto hace que el trigo no produzca granos, aunque si lo hace, el tamaño de los mismos será mucho menor en comparación a los normales. Si hay mucha humedad, las espigas blancas pasan a ser negras por la presencia de hongos saprófitos. Las raíces negras de las plantas o de coloración café oscura son indicadores de que han sido infectadas por el mal del pie.
Prevención del mal del pie
Infelizmente no existen variedades resistentes ni tratamientos que puedan llegar a combatir este parasito, por lo que es necesaria la prevención.
El hongo Gaeumannomyces graminis es un colonizador de suelo y suele ingresar al predio por el uso de maquinaria contaminada, por herramientas menores y calzado, o a través de las patas de los animales. Lo más probable es que pasen entre 8 y 10 años antes de que se detecte este hongo en el predio y una vez que haya ingresado al suelo, permanecerá en él para siempre.
Ante la presencia del mal del pie en un predio, el método más eficaz para disminuir el daño que este ocasiona, es la rotación de cultivos. No obstante, la rotación de cultivos implica también una serie de aspectos a tener en cuenta. En predios con historial de este hongo, no debe sembrarse trigo después de triticale o cebada.
Aunque estos cultivos son mucho más tolerantes al ataque del mal del pie, el agente causal de esta terrible enfermedad puede desarrollarse y multiplicarse en esas especies, manteniéndose más de una temporada e incrementando su población. Por otro lado, el alto nivel de humedad del suelo, generado por el mal drenaje, puede favorecer la infección del mal del pie. Para que esto se resuelva, tendrás que mejorar el drenaje del suelo.
Fungicidas para controlar al mal del pie
En el mercado hay una gran cantidad de fungicidas desinfectantes de semilla que ayudan a retardar el desarrollo del mal del pie. No obstante, el agente patógeno al atacar la planta en cualquier estado de desarrollo, hace que los fungicidas sean de baja eficacia, dado que el periodo en el que el producto permanece activo es limitado y las plantas volverán a estar desprotegidas a los dos o tres meses.
De todos modos, bajo las condiciones de siembras tardías o primaverales, el uso de los fungicidas desinfectantes puede reducir el nivel de ataque. Cabe dejar en claro que ningún producto logrará controlar el hongo de manera estricta.
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Algunas especies silvestres relativas del trigo cuentan con una gran tolerancia o resistencia a este patógeno. El hongo del mal del pie prefiere el trigo, el triticale y diversas gramíneas afines.
La enfermedad está relacionada en gran medida a las zonas templadas en crecimiento, pero también podría encontrarse en una gran gama de entornos, incluyendo aún las zonas tropicales.