Enfermedades en las plantas | Qué son, tipos que existen y cómo combatirlas

Las enfermedades en las plantas son un tipo de respuesta que tienen las células y los tejidos vegetales a ciertos factores ambientales, o bien a microorganismos patogénicos. Producen un determinado cambio en la función, en la forma o en la estructura de la planta. Si no se tratan a tiempo, estas enfermedades podrían derivar en la incapacidad parcial de las mismas, incluso hasta en la muerte.

Dependiendo del tipo de tejido y célula que sea afectado, la función biológica de la planta podría quedar anulada. Por ejemplo, en el caso de que la infección se produzca en las raíces, podría ocurrir que estas se pudriesen y la planta no sería capaz de absorber ni agua ni nutrientes del terreno. Al final moriría.

Algunas infecciones atacan a las hojas, lo que hace que interfiera en la fotosíntesis.

También podría afectar a los frutos y a las flores, interfiriendo con la reproducción.

La mayoría de las células de las plantas que resultan infectadas terminan muriendo. Sin embargo, hay ciertas excepciones, cómo en el caso de la agalla de la corona, en dónde las células se dividirán más deprisa, o incluso se agrandarán, lo que producirá cómo resultado tejidos amorfos y anormales.

Las enfermedades de las plantas son causadas por 3 agentes: Hongos, bacterias y virus.

Se calcula que un 95% de estas enfermedades son causadas por hongos, aunque conviene no descuidar este 5% restante que hace referencia a infecciones bacterianas o víricas.

Las enfermedades causadas por hongos suelen ser fáciles de combatir, y es que tan sólo habrá que usar un fungicida adecuado. Sin embargo, la cosa cambia si tenemos una infección por bacterias o por virus. En este caso no hay un producto que se considere 100% eficaz, por lo que es muy importante establecer estrategias de prevención.

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Tipos de enfermedades de las plantas

Para clasificar con más acierto los diferentes tipos de enfermedades de las plantas, las hemos clasificado según estos dos grandes grupos:

Enfermedades de las plantas de interior

  • Brotitis: El hongo brotitis (también conocido cómo moho gris), es un agente que producirá lesiones de color marrón, generando también un moho de color gris en la zona de los capullos, hojas y hasta en las flores. Resulta más letal en plantas jóvenes y tiernas.

La infestación se producirá mediante cortes de poda, por heridas o por grietas. Por ejemplo, si recientemente el jardín se ha tenido que enfrentar a una granizada, será crucial empezar a aplicar un tratamiento antibotritis para evitar que se produzca una infección por las heridas producidas por el granizo.

  • Podredumbre de raíces: Son muchos los hongos los que producen este problema, pero los más habituales son Fusarium oxysporium, Rhizoctonia solani, Phythium spp y Phytophthora spp.

El primer síntoma de esta enfermedad de las plantas se manifestará en las hojas; estas se volverán amarillas, llegando a un punto en el que se marchitarán para terminar volviéndose marrones. La enfermedad avanzará hasta que las raíces y la base del tallo se pudran.

Existen tratamientos químicos contra la podredumbre de raíces que se aplican alrededor del cuello de la planta, pero no suelen resultar demasiado eficaces.

  • Oidio: El oidio está producido por hongos de varios géneros, cómo Uncinula spp., Sphaerotheca spp, Erysiphe spp, entre muchos otros. Se puede dar tanto en plantas de exterior, cómo en plantas de interior. Su identificación no siempre resulta demasiado sencilla, ya que se presenta como un polvillo blanco que parecer ser solamente eso, polvo. Sin embargo, cuando intentemos sacudirlo no podremos.

En el caso de que la enfermedad siga adelante, descubriremos que las manchas se unirán, haciéndose más grande. Todo ello producirá que las partes atacadas se sequen y se caigan.

Algunas de las alternativas que se proponen contra el oidio son los fungicidas sistémicos y el azufre el polvo.

  • Negrilla: La negrilla es una de las enfermedades de las plantas más peligrosas. Se produce a partir de insectos cómo las cochinillas, pulgones y moscas blancas. Cuando estos organismos llegan a las hojas, utilizan su pico para clavarlo en las mimas y extraer un líquido del que se alimentarán. Después excretarán una sustancia con una buena base de azúcares que es la que usará el hongo de Negrilla para poder proliferar.

Esta enfermedad se puede identificar cómo un polvo seco de color negro. Aunque si bien es cierto que el daño es prácticamente estético, también puede afectar a las funciones de la planta.

La mejor manera de evitar la Negrilla en las plantas es utilizar un sistema para evitar que los insectos anteriores puedan llegar hasta ellas.

  • Manchas Foliares: Especies de hongos cómo Cercospora spp., Coniothyrium spp o Corynospora spp son las que producen estas características manchas. Las hojas muy afectadas no podrán ser tratadas, por lo que no nos quedará otra que retirarlas manualmente. Una vez que se hayan retirado, será cuestión de utilizar un fungicida sistémico y repetir el tratamiento cada dos semanas aproximadamente.
  • Antracnosis: La Antracnosis es una enfermedad en las plantas que se identifica por la presencia de lesiones oscuras y delimitadas en las hojas y en los tallos jóvenes. Estas áreas se secarán, cómo se de una quemadura se tratase.

Las hojas afectadas por este tipo de enfermedades de las plantas de interior deben de ser retiradas. La aplicación de fungicidas tan sólo tiene sentido si todavía no han aparecido las manchas; si fuese así, desgraciadamente no habría mucho que pudiéramos hacer para salvarla.

  • Alternariosis: El primer síntoma que identifica la presencia de esta enfermedad en las plantas es la presencia de unas manchas de colores pardos o negros que, en ciertos casos, pueden estar rodeadas de aureolas cilíndricas. Las manchas irán creciendo progresivamente, y al mismo tiempo tienen capacidad para secar las hojas.

Suele ser un trastorno muy habitual en aquellas plantas que no se alimentan correctamente. La forma más lógica de evitar las Alternaria es emplear tratamientos preventivos.

  • Esclerotinia: Esta enfermedad afecta directamente al tallo de la planta, haciendo que este se colpase y terminando con la muerte. No tardará en presentarse una característica podredumbre de color blanca, con textura acuosa. Es bastante común confundir estas enfermedades de las plantas con un ataque de bacteria; la diferencia es que en este caso no olerá mal, a diferencia de lo que sí que ocurriría si hubiera bacterias.

Suele presentarse en aquellas hojas, tallos y frutos con un tamaño de hasta 1,5m sobre la altura del suelo.

  • Bacterias: Anturio, Xanthomonas, Pseudomonas… tan sólo algunas de las bacterias que pueden atacar a las plantas. Los síntomas que pueden producir la enfermedad transmitida por estos agentes son muy variados; lo más normal es que se presente podredumbre que desprenda mal olor en ciertas zonas.

La forma más eficaz de evitar estos ataques es con técnicas de prevención. Lo cierto es que no hay bactericidas que se puedan considerar 100% eficaces. Evita también que se produzcan heridas, ya que será la forma de acceso que usarán las bacterias para penetrar en el organismo de la planta.

  • Virus: Prácticamente cualquier tipo de planta es capaz de sufrir el ataque de virus. El problema de estos ataques es que los síntomas son tan variados que resultan complicados de diagnosticar. Son fáciles de confundir con otros trastornos o patologías.

Los síntomas más habituales son: presencia de malformaciones y hojas enrolladas, punteaduras amarillentas (mosaicos), crecimiento anormal.

Es importante que tengas en cuenta que los virus de los vegetales raramente se podrán curar, por lo que tan sólo podremos evitar que se produzcan, y que proliferen infectando a otras especies.

Enfermedades de las plantas de exterior

Lo cierto es que muchas de las enfermedades de las plantas de interior también se producen en las plantas de exterior. Sin embargo, hay enfermedades exclusivas o que son más habituales en las de exterior, cómo las siguientes:

  • Pudriciones radiculares, ahogamientos y pudriciones del tallo: Están consideradas cómo las enfermedades más dañinas para cualquier planta. Suelen producirse en aquellos suelos que tienen una porosidad limitada, o que son regadas en exceso. Los hongos que causan este problema suelen ser las especies Pythium, Phytophthora y Rhizoctonia, aunque también hay otros hongos que pueden causar el mismo problema.

Las plantas que son atacados por los mismos presentarán una sintomatología muy variada: lo más común es que tengan lesiones a ras del suelo, que se colapsen o se marchiten. En el caso de plantas más largas, estas se pueden llegar a infectar con patógenos que causarán pudriciones en la parte más alta de las mismas.

Las zonas afectadas suelen tener un color pardo, y el tejido estar podrido.

  • Cenicillas polvorientas: Estas enfermedades de plantas se caracterizan por un crecimiento de hongos de color blanco en las hojas, flores y tallos. La gran mayoría de los hongos tan sólo pueden atacar a una planta determinado, pero hay un cierto número de hongos que pueden infectar varios tipos de plantas.

Los hongos sobreviven gracias a los nutrientes que obtienen a través de las plantas, pero evita que estas últimas los puedan llegar a absorber. El desarrollo de la enfermedad se verá favorecido por una humedad relativa elevada.

Lo primero que habría que hacer en este caso es reducir la humedad del ambiente, y luego retirar aquellas hojas y tallos afectos antes de que la enfermedad pueda llegar a proliferar.

  • Manchas foliares: Las manchas foliares son habituales en el paisaje de cualquier jardín. En la mayoría de los casos, la presencia de estas manchas no representa un problema serio… pero no siempre es así. En el caso de que haya sido causada por el hongo Entomosporium, el problema será mucho más grave de lo que parece.

Las manchas que produce este síntoma son muy variadas, pudiendo ser desde muy pequeñas, hasta abarcar áreas extensas. Normalmente tienen un color rojo, morado o incluso tonalidades café.

Los patógenos son capaces de sobrevivir en restos de hojas o tallos; en el momento en el que hay lluvia o viento, se dispersarán a lo largo del jardín, infectando a otros organismos.

De la misma manera que en la mayoría de las enfermedades de las plantas de jardín producidas por hongos, la situación se agravará mucho más si la humedad es elevada.

  • Royas de la hoja: Las royas de la hoja es una rara enfermedad de las plantas que se produce tan sólo en ciertas especies (por ejemplo, en las lilas, rosas, o manzanas silvestres). El síntoma más habitual de esta enfermedad es la presencia de unas pústulas que aparecerán en las hojas, capaces de expandir unas características esporas de color amarillo naranja. También se pueden encontrar manchas de color amarillo o anaranjado en el envés de las hojas.

Está considerada como una de las enfermedades causadas por exceso de agua; habrá que evitar que las hojas se mantengan demasiado húmedas. Con el uso de fungicidas preventivos podremos acabar con esta enfermedad.

  • Agallas de las hojas/flores: Esta enfermedad está causada por el hongo Exobasidium spp. Es mucho más común cuando llega la primavera, en periodos frescos y húmedos.

Sus síntomas son los siguientes: los tejidos de las flores y de las hojas empezarán a hincharse, hasta decolorarse y volverse carnosas. Las agallas se terminarán volviendo de color verde claro-rosado. En el momento en el que maduren, las agallas se tornarán de color blanco claro.

Las esporas, con las que el hongo infectará al resto de plantas, estarán listas para dispersarse de cara a la próxima estación.

Además de un desagradable color, esta enfermedad de plantas no causará daños más graves.

  • Tizón por Botritis: Si buscas fotos de enfermedades de las plantas, te darás cuenta de que esta resulta de las más caóticas. El hondo afectará a los tallos y a la coronas, pudiendo producir gangrenas o marchitamiento. Además, causará la decoloración de las hojas y hasta la muerte de la planta.

El hongo se desplazará a través de las corrientes de agua y mediante el simple salpicado de agua. También se pueden desplazar mediante la ayuda de los insectos.

La forma más fácil de detectar estas enfermedades de las plantas del huerto o jardín es por la presencia de masas de esporas de color gris-par en las paredes de los tejidos de las plantas.

  • Tizón de fuego: El tizón de fuego es otra enfermedad considerada de las más destructivas para las plantas. Los microorganismos causantes de enfermedades cómo esta es la bacteria Erwinia Amylovora. Suele afectar a la plantas que pertenecen a la familia de Rosáceas, cómo manzanas, peras, fotinia, piracanta, membrillo, etc.

Las ramitas que emergen desde el tallo central morirán, dando el aspecto de cómo si se hubieran quemado. Los frutos y las hojas que estén adheridas a la rama también morirán. Lo más normal es que el hongo infecte en los meses de entre abril-junio, que es cuando las condiciones son más húmedas y cálidas.

  • Cancrosis: Y terminamos con esta enfermedad que suele ser más común en las plantas de ciprés que han experimentado problemas de falta de agua durante mucho tiempo. El hongo que produce Cancrosis o Gangrena es el Seiridium unicorne.

El follaje viejo empezará a morir (tanto ramas, cómo ramitas). Empezarán a aparecer gangrenas alargadas con un marcado color rojizo, la corteza se tornará de color oscuro y producirá resina en exceso. La infección se puede producir en cualquier parte del árbol o de la planta, en cualquier etapa del crecimiento.

¿Cómo prevenir enfermedades de las plantas?

Métodos preventivos

Para evitar enfermedades en plantas de interior o de exterior, lo mejor que podemos hacer es seguir unas pautas preventivas. Si, aun así, se produjese la infección, podemos pasar al siguiente apartado, aunque no aseguramos la curación de la planta.

  • Plantas de calidad: Lo primero que debes hacer es comprar plantas de calidad. Las raíces deben de ser buenas y no estar congestionadas. Los tallos deben ser vigorosos, lozanos… Es importante analizar las plantas para determinar si tienen algún tipo de enfermedad, herida o infección. Si fuese así, no las compres.
  • Climatología: Elige plantas en función del clima en el que las vas a plantar. Elegir una planta en un clima inadecuado la dejará a merced de muchas enfermedades que podrían acabar rápidamente con su vida. Por ejemplo, imagina que quieres plantar la palmera Kentia en un clima frío. En el momento en el que se presente una helada quedará muy débil, y será más fácil que pueda sucumbir a la actuación de una plaga. Debes saber que las especies autóctonas son más resistentes a las plagas y enfermedades que las plantas exóticas.
  • Características del suelo: También debes conocer el tipo de suelo que tienes en el jardín. Si es demasiado húmedo, pueden aparecer hongos con mayor facilidad. Si tiene demasiada cal podría aparecer la temida clorosis férrica por no tener el hierro adecuado.
  • Variedades resistentes: De forma continua aparecen en el mercado nuevas variedades de flores y hortalizas que han sido modificadas para ser resistentes a hongos, virus, bacterias. Aunque no estarán protegidas al 100%, vale la pena decantarse por ellas.
  • Plantación: Para evitar enfermedades de las plantas es importante seleccionar un buen lugar de plantación. Protégelas de las condiciones extremas del ambiente (cómo del viento extremo, de los rayos directos del sol, de las heladas, etc).
  • Mantenimiento: Si no vas a tener mucho tiempo para mantenerlas, entonces elige una planta que prácticamente se mantenga sola. Por ejemplo, aquellas que no necesiten de mucha agua para sobrevivir.
  • Erradicación: Si un hongo ha matado a una planta, infectando sus raíces y sustrato, no puedes volver a plantar en el mismo lugar. Si no te queda otra, asegúrate de desechar cualquier resto de la planta infectada, además de cambiar el sustrato.
  • Riega sólo lo necesario: Es igual de malo regar en exceso, que regar muy poco. Un riesgo excesivo incentiva la proliferación de hongos (las enfermedades causadas por exceso de agua son la más habituales), dando lugar a la pudrición de las raíces. Al mismo tiempo, se pueden acostumbrar malamente al exceso de riego. Si tienen demasiada agua, y no se pudren por ello, podrían pasarlo realmente mal en el caso de que hubiera una época de sequía.
  • Estudia la calidad del agua: La calidad del agua puede ser la diferencia entre lograr un crecimiento vigoroso de las plantas, o que mueran de manera prematura. Por ejemplo, cómo ya hemos comentado, si el agua tiene mucha cal es posible que haya carencia de hierro. Un agua con un pH elevado puede ser demasiado cítrica para ciertas especies.
  • Ten cuidado con mojar las hojas y las flores con el riego puesto, ya que esto podría incentivar el desarrollo de enfermedades. Al mismo tiempo, cómo ya hemos visto, hay muchos hongos que son capaces de viajar de una planta a otra simplemente por las salpicaduras (normalmente enfermedades de las hojas de las plantas). Si una planta está en mal estado, pero la vamos a intentar salvar, habrá que extremar todas las precauciones para evitar que otras se puedan contagiar.

¿Cómo curar plantas y enfermedades?

Para curar enfermedades de las plantas de jardín primeramente habrá que identificar cuál es la plaga o enfermedad que le está afectado. A continuación habrá que evaluar si merece la pena tratarla o no.

Tenemos dos grandes grupo de productos para actuar contra estas infecciones:

  • Productos químicos: Aquí tenemos desde insecticidas, acaricidas, nematicidas, fungicidas, desinfectantes del suelo, topicidas, rodenticidas, etc.
  • Productos ecológicos: Productos que respetan el medio ambiente y a la planta. En este grupo tenemos, por ejemplo, el jabón de potasa, aceites minerales, rotenona, azadiractina, piretrinas, preparados con una base de plantas y de esencias vegetales, insecticidas biológicos, etc.

También tenemos feromonas, que son productos químicos que alejan a los insectos de las plantas.

Recuerda que si la planta no tiene cura no podemos dudar; será crucial acabar con las zonas afectadas, o directamente con la misma, antes de que la infección se pueda extender a las plantas del entorno,