La araña roja es un tipo de plaga capaz de devastar por completo un cultivo en tan sólo unos días. Se presentan normalmente cuando llegan las altas temperaturas y no es nada fácil poder acabar con ellas.
Una vez que ha llegado a la planta se encargan de absorber el líquido de ellas, haciendo que se produzcan manchas cloróticas en el haz de las hojas. Hacen que se seque hasta el punto de que la planta puede morir.
Lo peor de todo de esta plaga es su alto potencia reproductivo. Tienen un ciclo de vida corto, por lo que se puede dispersar mucho más rápido que cualquier otra plaga.
Las arañas tienen un tamaño que oscilará entre 0.4-0.6mm, por lo que es complicado apreciarlas a simple vista; lo más habitual es usar una lupa.
Si estás buscando un buen tratamiento químico para la araña roja y acabar con el problema, ahora que estás a tiempo, vamos a intentar darte una buena solución.
Araña roja: tratamiento químico
La reducción de la población de la plaga roja requiere de gestionar varios métodos, además de establecer estrategias rigurosas de control (control químico + biológico + cultural).
Los principales tratamientos químicos que se utilizan para combatir a la araña roja son los siguientes:
- Inhibidores del crecimiento de los ácaros: Utilizando materias activas cómo Clofentezin, Etoxazol o Hexitizoxk.
- Activador del canal de cloro: En este caso utilizaremos la materia activa Abamectina.
- Inhibidores de transporte de electrones: En este proceso entran en juego algunas materias activas cómo Piridaben, Fenpiroximato o Tebufenpirad.
- Inhibidores de la síntesis ATP mitocondrial: Se emplea el principio activo de Propargita.
- Inhibidores de la síntesis de los lípidos: Este tratamiento químico de la araña roja suele emplearse basándose en el principio activo del Spirodiclofen.
- Modo de acción físico por asfixia: En este caso se utiliza un aceite vegetal diluido al 79%.
Por supuesto, todas estas aplicaciones químicas deben de gestionarse con unas dosis recomendadas según el volumen de la población de araña roja, así como de la densidad del cultivo a tratar. Las técnicas de aplicación deberían de extenderse hasta alcanzar el envés de las hojas; ya que este es el punto clave en el que la plaga se suele situar. Al mismo tiempo debe de proporcionar una cobertura completa a la planta, para evitar que la araña pueda pasear libremente por ella.
Una práctica química habitual que se utiliza como método de prevención es la aplicación de herbicidas directamente sobre el suelo desnudo, evitando así que la plaga se acerque a la planta.
Cómo niveles de control cultural, es importante mantener unas buenas condiciones de humedad alta en el follaje de la planta, mientras regulamos el riego, ya que de esta manera se mantendrá en cierta medida la proliferación de la plaga.
También se pueden usar técnicas de rotación de cultivos, técnicas de fertilización (ni demasiada carga nitrogenada), o tratamientos biológicos variados.
No esperes a que la plaga vaya a mal; contrólala en todo momento y actúa de inmediato para evitar problemas mayores.